jueves, 29 de mayo de 2008

FALLING WATERS: UN TÓNICO ESPIRITUAL.


***Una visita a Falling Waters, casa diseñada por Frank Lloyd Wright.

Pasé toda la mañana, esta mañana, en la casa que Frank Lloyd Wright diseñó para un magnate de Pittsburgh en la década de 1920, el dueño de unas tiendas que hoy han sido adquiridas por Macy’s. Deseosos de escapar los fines de semana de la atmósfera contaminada de Pittsburgh, Edgar Kuffman, su esposa y su hijo del mismo nombre del padre, construyeron esta casa, la cuál fue donada por el hijo al estado de Pennsylvania en 1963, cuando ya estaba enfermo y sin descendientes.
No hay nada que pueda decirse sobre esta casa que pueda hacerle justicia. Está situada en medio de un parque inmenso, donde el verde de los árboles muestra matices que yo jamás había visto antes. Es indispensable una visita. No es una casa llamativa, en el sentido tradicional, pero si una casa abrazada a la naturaleza circundante, con un abrazo que la ha hecho, practicamente, parte integrante de ella. En la chimenea central, por ejemplo, el piso es una porción del afloramiento de las rocas que le sirven de sustrato a la casa. Las rocas entran a la casa, se han convertido en parte de ella. Lo mismo con los árboles, con las aguas, toda la naturaleza rodea y hasta penetra en la casa.
La zona social es inmensa, abierta, deja entrar el murmullo del agua y parece ser un barco que navegase en el riachuelo. Las habitaciones son de dimensiones sorprendentemente modestas pero todas tienen mecanismos de incorporación casi mágicos a la naturaleza: ventanas, terrazas, pequeñas claraboyas. La imaginación del arquitecto y, aparentemente, las ideas del dueño, sirvieron para incorporar la casa a la naturaleza. Desde la habitación que solía ser la del Sr. Kauffman se puede oir el constante murmullo del riachuelo. Desde las terrazas es posible, casi, abrazarse a los árboles.
Una de las cosas que me impresionó más es la ausencia de lujo, la sencillez, casi pudiera decir, la austeridad. La palabra que define a la casa es de informalidad y comodidad,. Produce la sensación de estar en el hogar, una sensación de agradable y tibia intimidad.
Como geólogo me llamó la atención como el arquitecto construyó las columnas de la casa imitando la actitud estructural de las rocas circundantes, de manera tal que toda la casa luce como una extensión de la estratigrafía de la zona.
Viendo esta casa y como armoniza con la naturaleza me he sentido muy conmovido. El ser humano es capaz de imaginar, crear y mantener la belleza. Que regalo para los sentidos y para el espíritu ha sido esta visita.

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