jueves, 27 de mayo de 2010

La implosión de Chávez vista por el Washington Post

Hugo Chavez's implosion continues in Venezuela
Jackson Diehl.

May 26, 2010

Hugo Chavez has been keeping a relatively low profile of late -- there have been no grand world tours, no fiery speeches at the United Nations. The Obama administration, which once promised to “engage” the Venezuelan caudillo, is instead quietly shunning him.

There’s a simple reason for this: the implosion of Chavez’s self-styled “Bolivarian socialism” is accelerating.

Figures reported Tuesday by the Chavez-controlled central bank portrayed an economy that is completely out of sync with the rest of the region -- and perhaps unique in the world in the degree of its current distress. Gross national product fell by 5.8 percent in the first quarter, while inflation remained at 30 percent. Private investment plummeted by 27.9 percent as capital continued to flee the country.

Private economists suspect the economic contraction is even worse than what the official figures concede. But let’s assume they are correct. Venezuela’s crash compares with quarterly growth rates of 8 percent in Brazil, Argentina and Mexico. It comfortably exceeds the collapse of Greece, which contracted by 3 percent in the first quarter.

Inflation in Caracas is triple the next highest rate in Latin America (Argentina) and is more than double that of the next worst economy (Pakistan) among the 56 tracked by the Economist’s website . Even Zimbabwe, which used to be considered the world’s economic basket case, looks good compared to Venezuela: it is expecting 6 percent growth this year, while inflation is under 5 percent.

In short, economic recovery is taking hold across the world -- except in Chavez’s Venezuela.

When I pointed out back in January that Chavez’s revolution was collapsing, a chorus of left-wing bloggers rose up in protest.

The extremists among them claim that Venezuela is actually doing better than the rest of the world, because (loony version) Chavez is destroying evil capitalism or because (slightly less loony version) Venezuela’s implosion is irrelevant to the rest of the region.

But, of course, Venezuela really is cratering -- and Chavez’s desperate measures to stop the freefall are only making it worse. A couple of weeks ago, for example, he abruptly moved to abolish the private currency market, which supplies the dollars for 30 to 40 percent of Venezuela’s imports. The dollar exchange rate was soaring, so the government arrested a bunch of currency traders and announced that sales of dollars henceforth would be controlled exclusively by the central bank. The result will almost certainly be another drastic decrease in imports, the worsening of already widespread shortages in food and basic consumer goods, and the creation of a new black market in dollars.

And, of course, the implosion of Chavez’s potted socialism does matter to the rest of Latin America. It’s not just that the Obama administration no longer needs to bother with the strongman, since he is doing an excellent job of self-destruction. It’s that Venezuela’s clients and imitators -- especially in Bolivia and Nicaragua -- stand to lose both subsidies and ideological sustainment from Caracas. Chavez’s decade-long attempt to create a bloc of like-minded countries around the region is in tatters.

The caudillo’s popularity rating around Latin American is now below 40 percent, and his backing in Venezuela has dropped below 50 percent. With an election for the National Assembly coming up this fall, he has resorted to the Iranian tactic of disqualifying prominent opponents from the ballot. He will try to steal the election; if that doesn’t work he will try to strip the legislature of power.

No matter: Chavez appears powerless to stop the unraveling of Venezuela’s economy -- and with it, his “revolution.” He will be left with a choice: surrender to his country’s mounting discontent, or rule entirely by force.


By Jackson Diehl May 26, 2010; 2:26 PM ET
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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Cientos de médicos cubanos han desertado desde Caracas

Los médicos cubanos que trabajan en Venezuela viven en 30 metros cuadrados. Es lo que mide la segunda planta de los módulos de Barrio Adentro, donde duermen, cocinan y van al baño hasta cuatro cubanos a la vez (un médico, un fisioterapeuta, un optometrista y a veces un entrenador deportivo). Barrio Adentro es el programa de salud primaria ideado en 2003 por el ex presidente cubano Fidel Castro e implementado de inmediato por el Gobierno venezolano, como estrategia para levantar la popularidad de Hugo Chávez cuando la oposición planeaba convocar un referéndum revocatorio en su contra. Se trataba, en principio, de una ayuda temporal. Pero ha dado tan buenos resultados que la presencia de los cubanos ya es permanente.

Unos se vigilan a otros, y uno los vigila a todos. Cada cubano debe volver a "casa", si acaso salió de ella, antes de las seis de la tarde. Si un "compatriota" venezolano invita a alguno a dar una vuelta por el barrio, debe pedir permiso con semanas de antelación, a través de un acto motivado en el que, quien convida, debe explicar el propósito y la duración de la actividad. Hay una larga lista de venezolanos a los que los 30.000 cubanos que trabajan en Venezuela no deben frecuentar: la encabezan los escuálidos (el apodo con el que Hugo Chávez se refiere a los opositores) y los periodistas, que para el Gobierno vienen siendo lo mismo. Pero a pesar de los controles, cada tanto uno de ellos "desaparece".

La Sociedad Venezolana de Medicina Bolivariana, a la que están adscritos los pocos médicos venezolanos que trabajan en Barrio Adentro, lleva una cifra extraoficial de 1.500 médicos cubanos que han desertado de los 15.000 que prestan servicio en el país. "Cuando algún médico se fuga, el Gobierno inventa que fueron trasladados a otro lugar. Pero uno se da cuenta de que no es así porque desparecen de repente y no se sabe más de ellos", cuenta uno de los afiliados a la sociedad que ha pedido no ser identificado.
Venezuela representa para muchos de estos cubanos la posibilidad de desertar sin balsa hacia Colombia y, de ahí, a Estados Unidos. Por esos algunos esperan hasta un año después de apuntarse en listas de voluntarios para viajar a Caracas. Un informe publicado el 18 de abril por el diario El Tiempo de Bogotá da cuenta de que los huidos suelen llegar a la ciudad de Cúcuta desde la población venezolana de San Antonio del Táchira, ubicada en Los Andes, y a la población colombiana de Maicao, luego de atravesar Maracaibo, capital del Estado occidental de Zulia. Los cubanos emigrados a través de ambos pasos, señala el diario, hablan de 2.000 deserciones desde Venezuela.
Pero las únicas ausencias que admite el Gobierno venezolano son las irremediables. El 12 de abril de 2010, cuando se celebró el Día del Médico, el Ministerio del Poder Popular para la Salud desveló una placa en honor de los 68 médicos cubanos que han caído en Venezuela en casi siete años de servicio. "A los colaboradores de la salud fallecidos en tierras bolivarianas durante el cumplimiento de su deber", dice el bronce empotrado en el Centro de Diagnóstico Integral Salvador Allende de Caracas. Completan el tributo las imágenes de Simón Bolívar y José Martí, con una frase de cada uno: "Quien lo da todo por su patria no pierde nada, gana cuanto la consagra", "Deme Venezuela en qué servirla, ella tiene en mí un hijo". Solo que los médicos cubanos no han muerto en batalla: unos enfermaron, otros han fallecido en accidentes de tránsito y a la mayoría los ha asesinado el hampa, que sólo en Caracas elimina entre 30 y 50 vidas cada fin de semana.
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http://www.elpais.com/articulo/internacional/Cientos/medicos/cubanos/han/desertado/Caracas/elpepuint/20100524elpepiint_4/Tes

Anónimo dijo...

Amnistía Internacional denunció hoy, en su Informe sobre los Derechos Humanos en 2009, que en Venezuela hubo "agresiones y actos de acoso e intimidación" de forma "generalizada" contra detractores del Gobierno, incluidos defensores de los DD HH.

Nota: Estos también son escualidos oligarcas y asalariados del "imperio".