miércoles, 18 de mayo de 2011

Hugo Chávez y M. Ahmadinejad, hermanados por el odio hacia los Estados Unidos




Aunque tienen culturas, religiones, estilos y lenguajes muy diferentes y aunque viven a miles de kilómetros el uno del otro se llaman “hermanos”. Hugo Chávez ha visitado al Irán no menos de seis veces y sus ministros y otros colaboradores viajan con suma frecuencia a aquél país. Un vuelo semanal de CONVIASA, la línea aérea chavista, viaja desde Teherán a Caracas, en algunas ocasiones haciendo escala en Damasco, la capital de Siria, donde sienta sus posaderas despóticas otro de los “hermanos” de Hugo Chávez.

Venezuela se ha convertido en la puerta por donde Irán ha entrado a América latina y ha echado raíces. En Nicaragua, en Bolivia, en Ecuador y, sobretodo, en Venezuela la gente de Ahmadinejad se ha infiltrado en los sectores industriales, financieros y petroleros. Solo en 2010 Chávez y Ahmadinejad firmaron once convenios de cooperación, en base a los cuales los iraníes tendrán una porción de la Faja del Orinoco, región a la cual Chávez ha convertido en una especie de prostituta de aldea, ofreciéndosela a cubanos, chinos, iraníes y vietnameses. Los iraníes han instalado en Venezuela una fábrica de autos, una misteriosa fábrica de tractores y han convenido en fabricarles tanqueros a Chávez, además de construírles plantas petroquímicas. Como contraprestación Chávez le ha prometido a Irán en el pasado el envío de gasolina, en abierto desafío de las restriciones impuestas por los Estados Unidos contra los países que hagan negocios con aquél país. Esto ha llevado a congresantes estadounidenses como Connie Mack e Ileana Ros-Lethinen a pedir que se designe a Chávez como líder forajido, aliado del terorismo internacional. Chávez también ha prometido invertir alrededor de $800 millones en el campo de gas de Pars, en Irán y le ha permitido a los iraníes lavar dinero a través de bancos de ese país establecidos en Venezuela, tales como el Banco Internacional de Desarrollo, cuyos activos tienen amenaza de congelación por parte del gobierno de los Estados Unidos.

Una colaboración que ha sido interrumpida debido al accidente del reactor nuclear de Japón es la asistencia iraní al incipiente programa nuclear de Hugo Chávez, anunciado con bombos y platillos en 2010. Tanto Irán como Rusia habian ya manifestado su deseo de ayudar a Chávez en el desarrollo de un programa “pacífico” de energía nuclear. Este programa tenía un sentido eminentemente político, ya que Venezuela no tiene necesidad de desarrollar fuentes nucleares de energía ni posee tecnología o tecnológos capaces de hacerlo, ni puede darse el lujo de dedicar recursos financieros a esta actividad. Lo ocurrido en Japón ha sido realmente la bienvenida excusa que Chávez necesitaba para abandonar su loca pretensión.

Un criminal y terrorista iraní, Mohsen Rabanni, está o estuvo en Brasil adoctrinando a la población rural de ese país. Este terrorista entró a Brasil proveniente de Venezuela, adonde había llegado en un vuelo desde Teherán. La presencia de este terrorista en suelo brasileño ha sido una de las razones por las cuales el gobierno de Brasil le ha dado la espalda a Chávez y la razón por la cual Chávez ha suspendido una visita a Brasil por tres veces en los últimos meses.

Una de las acusaciones más serias que se han hecho en contra del eje Chávez-Ahmadinejad ha sido la de la revista alemana DIE WELT, en la cual se habla de una base de misiles en planificación de Irán en territorio Venezolano (la península de Paraguaná). La reproducción de este trabajo de la revista alemana por parte de “El Nuevo País”, el diario de Rafaél Poleo, ha sido la causa por la cual el gobierno de Chávez ha allanado algunas de las instalaciones de ese diario en las últimas horas. Realmente no parecen existir evidencias concretas que avalen esa acusación pero es indudable que Chávez no lo dudaría mucho para instalar en territorio venezolano misiles iraníes y así tratar de re-editar uno de los acontecimientos más peligrosos ocurridos en el hemisferio, como fue la crisis de los misiles de Cuba en 1960, la cual llevó al mundo al borde de una guerra nuclear. Chávez es menos inteligente que Castro y su odio hacia los Estados Unidos, de origen freudiano, es ciertamente mayor que el que Castro jamás sintió. Por otra parte Ahmadinejad es un fanático mucho más peligroso que el líder soviético de aquella época.

Lo cierto es que el binomio Chávez-Ahmadinejad está jugando con fuego y creo que ambos terminarán mál. Creo que Ahmadinejad saldrá primero que Chávez, pero no mucho antes que nuestro dictador, quien ya ha entrado en una espiral de deterioro político que luce irreversible

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Como limpiar la sociedad de toda esta lacra ? Esto no se puede dejar al azar, es un veneno que se ha metido en la sociedad y hay que erradicarlo con un esfuerzo planificado y continuo no es tarea de unos meses.

Es un cancer social.

Luis

Anónimo dijo...

He venido diciendo lo mismo que dice anonimo. El otro cancer que tenemos los Venezolanos en la oposicion es la falta de capacidad organizativa (y de logistica) y de no trabajar unificadamente para un bien comun como lo es salir de la plaga. La gran ventaja que Chavez tiene como dictador es una sola cadena de mando vertical, asi es facil comandar y obtener resultados asi los objectivos a lograr sean putrefactos y el equipo de trabajo sean de baja calidad. Los que lo oponemos por ser democratas, no estamos ni unificados, ni organizados, ni trabajamos para lograr plan de trabajo que alcanze el objetivo de sacarlo, aunque todos coincidimos que hay que salir de la pesadilla Chavizta. Hay que organizarnos amigos y hecharle un camion para salir de el, pero de que se puede hacer, se puede hacer.