viernes, 22 de julio de 2011

Tratamiento de presos políticos por una dictadura hamponil

Lo que está sucediendo con nuestros presos políticos es la comprobación de que en Venezuela estamos enfrentados a una soez dictadura, la cual domina a los invertebrados del sistema judicial. Alejandro Peña Esclusa tenía un año en prisión por acusaciones nunca validadas de terrorismo, pero bastó que el dictadorzuelo “recomendara” su libertad para que ella fuera inmediatamente ejecutada por los esclavos. Lo mismo acaba de ocurrir con Lázaro Forero, también injustamente encarcelado. La foca de Luisa Ortega habla de 43 excarcelaciones, pero aún no sabemos los nombres.

Que pasó en el ámbito judicial para que esto ocurriera? Nada. No hay nuevas pruebas, no hay un proceso judicial organizado. Todo lo que hay es una orden de un dictadorzuelo en trance de ganar indulgencias frente a su propio problema de salud. Pensará: “si los libero, Dios y los espíritus de la sabana me sanaran”.

Detestable como es la motivación del dictadorzuelo, no es menos despreciable la actitud sumisa de las “autoridades”, esa pandilla de corruptos que está de espaldas al país, solo atenta a lo que dice el amo. El llamado Poder Moral o Ciudadano se revuelca en sus propios excrementos, los magistrados del Tribunal Supremo, con Luisa Estella a la cabeza, son miembros de un club rapaz y meloso. Las focas y focos de la Asamblea Nacional dan verguenza, comenzando por el “presidente”.

Y el vicepresidente Jaua? Su video de Barquisimeto (ver este blog) lo pinta de cuerpo entero. Drogado, borracho o simplemente incoherente.

De que cueva infecta saldría esta pandilla?

1 comentario:

Anónimo dijo...

la soberbia, la falta de clase, falta de respeto y consideracion que Chavez y hampones tienen hacia nosotros los delata como los seres acompleajados, tercermundistas y pobres excusas de la humanidad que son. De donde salieron? de cualquier cueva, rancho, abajo de un puente o casa de urbanizacion donde no se inculcaron principios, modales, educacion, ni virtudes. Lo triste es que vivieron entre nosotros por decadas como una quinta columna, como un cancer en desarrollo, maloliente e idetectable. En aquel entonces ellos disfrutaron de la buena vida, oportunidades y la libertad que ellos mismos desmantelaron. Lo imperdonable es que no los detectamos a tiempo ni los pudimos purgar. Y por ende, nuestra democracia y forma de vida fue maqueavelica y sistematicamente utilizada contra si misma para ser desmantelada. Ya es hora de recuperar lo que es y siempre sera nuestro. MAC