sábado, 13 de julio de 2013

La muerte de un Bombero: tragedia de la vida real venezolana


         
Teniente Alberto Plesman
       

  El Teniente (B) Alberto Plessman, ha escrito:

Ayer me tocó trabajar en la seguridad del desfile del 5 de Julio en Caracas, como parte rutinaria de mi labor en el Cuerpo de Bomberos del Distrito Capital, como llaman ahora a los Bomberos de Caracas, otro día más he trabajo, donde nos tocó atender a muchas personas con desmayos, tensión alta, dolor de cabeza, en fin…

Estuvimos esperando el inicio del desfile desde las 10 de la mañana aproximadamente, pero debido a otras obligaciones de Maduro, el evento no dio inicio sino a las siete y pico de la noche. Comenzó igual que muchas otras veces, los distintos componentes de la Fuerza Armada, bien llamativo, como de costumbre. Lo que realmente me impresionó, y estoy seguro de que ese era el objetivo, impresionar, fue el despliegue de nuevos equipos bélicos que se hizo en el desfile, lanza misiles, lanza cohetes, unas vainas que parecían ojivas nucleares, aviones a control remoto, tanques realmente impresionantes, motos armadas hasta los dientes, en fin, un arsenal digno de la más actual de las películas de guerra. Bravo por ellos, lograron un equipamiento realmente intimidante.

Del desfile lo que realmente me preocupa es cuánto se habrá gastado realmente en semejante arsenal? Se justifica en un país que no ha tenido confrontación bélica alguna en más de cien años? Cómo hicimos para pagar semejante cuenta? Hasta cuándo la seguiremos pagando? La tendrán que seguir pagando nuestros hijos o nuestros nietos? Si alguien tiene respuestas a alguna de éstas interrogantes por favor que me lo explique…

Esas preguntas me las vine haciendo hoy, sábado 6 de Julio de 2013, después de sufrir otra gran decepción en el trabajo que amo, el trabajo que es mi vida desde hace más de 15 años. Esta mañana, mi antiguo jefe, el Comandante Carlos Rodríguez, quien fuera jefe de la Brigada Motorizada de los Bomberos de Distrito Capital por más de cinco años y por lo demás, tremendo pana, sufrió un grave accidente mientras se dirigía a su trabajo, los accidentes en moto de por sí son aparatosos, pero éste en especial lo fue, créanme ya que si alguien tiene experiencia en esto, somos los bomberos…

Como decía, aparatoso accidente, lesiones traumáticas devastadoras en el brazo izquierdo (prácticamente amputación traumática), fracturas de cúbito y radio del otro brazo, fractura de pelvis, traumatismo cráneo encefálico, en fin… En el sito se tomó la decisión de llevarlo a una clínica privada en San Bernardino, confiando en la nueva compañía de seguros, seguros Pronto o Pronto seguros, una compañía que hasta el sol de hoy no sabemos si realmente es una Compañía de Seguros o qué? El cambio a este seguro se supone que fue para mejorar el pésimo servicio que veníamos recibiendo de la compañía anterior, pero en fin, vuelvo a mi relato. Tremenda sorpresa cuando en la emergencia de la Clínica nos indican, al vernos uniformados de bomberos que nuestro seguro no ha sido activado aún, creo que esas fueron las palabras utilizadas por la doctora de guardia. Entre una cosa y la otra, decidimos llevarlo a un Hospital público para no tener que pasearlo por varias clínicas privadas ya que probablemente recibiríamos la misma negativa.

Llegamos al Hospital Pérez Carreño, hospital de referencia nacional, dónde nos encontramos con su acostumbrada zona de guerra (Área de Emergencia) abarrotada de pacientes, pero, que por tratarse de nosotros los Bomberos, se nos trató con cierta preferencia hay que reconocerlo. Calculo que llegaríamos al hospital alrededor de las 8:30 o 09:00 de la mañana, nuestro compañero fue diligente evaluado por Cirugía y por Traumatología determinado la gravedad de sus lesiones y afirmando que debía ser llevado a quirófano con carácter de urgencia, a pesar de lo “diligente” del proceso, esta indicación surgió a eso de las 11:00 am, y, entre una cosa y otra, dicha urgencia debió esperar hasta que finalmente a las 5:30 pm, debido a quién sabe qué cosa, fue finalmente subido a quirófano, donde, unos minutos más tarde, simplemente nos indicaron que acababa de fallecer. Cómo no iba a fallecer? Cuatro fracturas de huesos largos más una gran fractura de pelvis todas sangrando por más de ocho horas? Eso mataría hasta un elefante.

Los motivos? La carencia de recursos en los hospitales públicos. Me encantaría que alguien diera una explicación convincente al pueblo donde se intentara aclarar por qué los Bomberos, que arriesgan su vida a diario por ayudar a todos, simplemente no tienen seguro, por qué los hospitales no tiene recursos, por qué somos el país mejor armado de Latinoamérica y por qué, si hay dinero para tantas armas de última generación nuestros hospitales no sirven.

Ojalá esta tragedia nos lleve a cambios, que despertemos y exijamos justicia, que nos hagan justicia, que no nos hagan preocuparnos por cómo vamos a pagar el hospital en caso de un accidente cada vez que salgamos a cumplir con nuestro trabajo.

 

Teniente Alberto Plessmann

Brigada Motorizada

Sección “A

 

1 comentario:

Luis Rincones dijo...

Mientras el gobierno solo se preocupe por mantenerse el poder, a como de lugar, los militares tendran sus comisiones envueltas en juguetes bélicos, los Castro su dinero envuelto en misiones.
Y Venezuela bien gracias, pongamos presos a unos cuantos pro corrupción hagamos lo minimo indispensable para correr la arruga.

Lo lamento por el Bombero que perdio su vida como parte de los costos indirectos de las comisiones de los seguros. Los que disfrutan de esas comisiones no tienen problemas con sus seguros.

Luis