sábado, 10 de agosto de 2013

Cabrera vs. Rivera: un turno al bate para la historia


 

Noveno episodio. Yankees ganan a los Tigres 3x1. Hay dos outs. Los Tigres tienen a Jackson en segunda. Viene a batear Miguel Cabrera, quien había impulsado la única carrera de los Tigres en el séptimo inning, pero quien ha estado sufriendo de dolores en la cadera derecha. Con una bola a su favor, Cabrera levanta un globi de foul por la primera base. La pimera base de los Yankees le pone el guante a la pelota pero no logra retenerla y deja a Cabrera en el bate. En el siguiente lanzamiento de Rivera,  Cabrera pega un foul ball contra su rodilla izquierda. Hace un gesto de dolor y se apoya en su bate. Salen el masajista y el manager Leyland a conversar con él. Desde las tribunas de los Yankees le gritan a Cabrera que deje el teatro, que no demore el juego. Sigue bateando y al siguiente lanzamiento pega un foul…. Esta vez contra su tobillo derecho. Otro gesto de dolor y más gritos desde la tribunas contra el bateador. En ese momento Rivera debe estar pensando que está enfrentando  a un bateador adolorido, quien lleva  dos strikes en contra, con dos outs en la pizarra y que está ganando su equipo 3x1. Mariano Rivera, el mejor cerrador del beisból, tiene todos los ases en la mano. Y es lógico que piense así.

Decide enviarle una pelota rápida y abajo, a fin de hacerlo batear incómodo, pero la pelota se queda al nivel de  las rodillas y Cabrera puede extender sus brazos y pegarle a la pelota con la llamada parte dulce del bate. Y la pelota gana altura progresivamente y rebasa la cerca del jardin central, empatando un  partido que estaba en  su agonía.

Mientras Cabrera da la vuelta a las bases vemos el rostro de Mariano Rivera, quien abre la boca para decir: woooow! , admirado a su pesar por la proeza que acaba de suceder.

Tori Hunter, el jardinero derecho de los Tigres, quien veía el drama desde la cueva, comentó: “Deberían hacer una película sobre este turno al bate”!

Una página más en la brillante carrera de Miguel Cabrera, el pelotero que remedió nuestra nostalgia por  ver batear a  Andrés Galarraga, quien a su vez – había remediado nuestra nostalgia por ver batear a Camaleón García, quien había remediado nuestra nostalgia por ver batear a Vidal López.

 

2 comentarios:

Angel Alberto Bellorín dijo...

Una narrativa muy refrescante entre tantas situaciones desagradables.Muy buena descripción de un momento indudablemente histórico.

Anónimo dijo...

Los dos últimos jonrones de Cabrera han sido para empatar el juego y en situaciones dramáticas. El miércoles, el dominicano Salazar, del Cleveland, le había metido tres ponches y lo tenía en dos strikes cuando Cabrera, al puro estilo Babe Ruth, le conectó un larguísimo y altísimo fly de más de 400 pies por todo el centerfield que rebasó comodamente la cerca del parque. Todos en el dugout de los tigres se quedaron boquiabiertos.

Ojalá los males de Cabrera sean pasajeros y no pasen a mayores. Sería una verdadera pena. Ya, en este momento, es el mejor pelotero venezolano de todos los tiempos, sin ninguna duda.